lunes, abril 27, 2015

Los especialistas en finales


La mirada inmediata cuenta apenas el festejo, esa gloria que dura un rato breve. Y que luego se transforma en nuevas demandas y en otras expectativas. Pero también hay otro modo de observar: los ojos de la historia contarán que estos tipos que se abrazan bajo el cielo de San Juan irrumpieron en el recorrido dañino al que Huracán se había acostumbrado. Ellos consiguieron dos títulos y un ascenso en el contexto de un club proclive a las tragedias deportivas. 

En las últimas cuatro décadas, Huracán resultaba nocivo para su gente, autodestructivo; una suerte de condena. Sirven algunos detalles a ritmo de vértigo: en 1976, sumó 9 puntos más que el Boca campeón, pero fue segundo; en los mismos setenta, cayó en semifinales de la Libertadores y perdió dos desempates para ir por la revancha en la máxima competición continental; en 1986, descendió por penales ante Italiano; en 1994 y en 2009 le alcanzaba con un empate para ser campeón, pero perdió las dos veces; en la última década cayó en cuatro ocasiones decisivas y sucesivas por el ascenso; y en 2011, sufrió su cuarto descenso en un desempate ante Gimnasia. Todo mal. Casi un paradigma de la derrota por anticipado.

Pero de repente, desde el fondo de su propio infierno (aquella caída con escándalo ante Sportivo Belgrano, en el Ducó), este grupo de futbolistas se reconstruyó a sí mismo. Ganó la Copa Argentina, ascendió con angustia. Tuvo un fin de año memorable. Todo se logró del mismo modo: con lucha, con coraje, a contracara de los duendes y de los magos de otros días felices.

Y ahora sucede un escenario parecido: tras el papelón en Puerto Ordaz (por la derrota y por cierta desidia en el modo de afrontar ese encuentro de la Libertadores ante Mineros), estos jugadores volvieron a ser campeones y sumaron la Estrella Trece. Le ganaron la Supercopa a River. Con autoridad, con bravura.

La historia contará otra verdad: desde los años veinte (en los que el Globo de Newbery fue el más campeón junto a Boca), que no sucedía una cercanía tal entre una celebración y otra. Cosas de este momento de Huracán, el más ciclotímico de sus 106 años. También, el tiempo de estos especialistas en finales.

Texto publicado por el fundador del Blog, en Clarín.