Huracán, Grande. A diez años de la histórica encuesta de Olé, esta tapa. No lo dijeron los Quemeros, lo sostuvieron todos.
Por Roberto Guidotti
Hoy 6 de enero del 2012 se cumplen 10 años de una reivindicación histórica, ha pasado una década de aquel sábado lluvioso en el que miles de Quemeros nos juntábamos esa mañana a festejar lo que para nosotros era un motivo de orgullo, un hecho de absoluta justicia: el diario Olé finalizaba su famosa encuesta y Huracán era reconocido nuevamente como el Sexto Grande. Estábamos otra vez en el lugar de siempre, pese a tantos sinsabores. Con cerca de 80.000 votos (propios y de otros equipos) y por amplio margen sobre el segundo, la sociedad futbolera reivindicaba al Globo entre los 6 equipos más importantes del país. Atrás habían quedado tres meses de disputa con los otros aspirantes a un lugar histórico que siempre lo sentimos nuestro, a pesar de las constantes penas y la larga crisis que nos persigue desde principios de los 80 y que no hemos logrado revertir nunca.
Hermanos Quemeros: nunca perdamos de vista que ese lugar nos pertenece, que tenemos que recuperarlo peleando con el alma, aunque hoy veamos sentados en nuestro sillón de grande a otros equipos, con mucho menos linaje y tradición que nosotros. Hagamos de cuenta que ese sillón lo hemos prestado por un tiempo y por él se pechan platenses, rosarinos y codiciosos de Liniers, con virtudes visibles (nobleza obliga) y también con oscuros manejos para desplazar al dueño del espacio desde siempre.
Hemos retrocedido mucho desde aquellos cuatro títulos en tiempos románticos, desde aquellas siete copas nacionales en tiempos de Stábile, Masantonio, Baldonedo y Tucho Méndez, desde aquel 73 repleto de ídolos, referentes que hoy parecen habernos dado la espalda con manejos dirigenciales desastrosos, con direcciones técnicas que orillaron lo patético y con grito de gol más puño apretado en la cara de quienes fuimos sus más profundos admiradores.
De todo nos ha pasado en estos diez años, dos descensos y manejo institucional calamitoso. Diez años que fueron la continuidad de los 20 anteriores, con una aguda profundización de los males que nos han postrado en la más absoluta oscuridad futbolera. Huracán se ha convertido en un club poco serio, antiguo, manejado como un viejo quiosco de barrio, sin tipos capaces (salvo algunas excepciones bien marcadas), sin profesionales, sin dirigentes formados, sin visión de futuro. Como contrapartida, otros equipos coparon la escena con realidades diametralmente opuestas, clubes que llegaron para quedarse.
Por eso debemos volver a ser, debemos apoyar lo que esta Comisión Directiva está haciendo bien y tener juicio crítico para que cambien lo que están haciendo mal o hagan lo que por ahora no están haciendo. Esta dirigencia ha mostrado honestidad y trabajo, lo cual no es poco. Pero le falta el salto hacia el cambio de modelo, hacia el crecimiento a gran escala dejando de lado los voluntarismos barriales que sirven si son tangenciales pero que no pueden representar la columna vertebral del club en materia de búsqueda de recursos.
Huracán tiene cancha, sede y campo de deportes en plena Ciudad de Buenos Aires, además de una rica historia y muchos hinchas que lo amamos. Tiene todo para salir adelante si quiere. Tal vez le falten algunas ideas más aggiornadas a estos tiempos, de más ambición y con un sentido de crecimiento más audaz. Se vienen épocas donde el desafío es volver a estar en el sistema, volver a protagonizar, recuperar la dignidad e ir por más, por mucho más. Para eso hay que pensar en grande. Creo que esta dirigencia arrancó bien, con decisiones importantes aunque con algunos errores notorios fielmente referenciados en la nefasta noche catamarqueña que no resiste explicación alguna. Están a tiempo de arriesgar, de ambicionar, de buscar inversores de nivel para fútbol amateur y profesional. No es fácil, pero se puede con gente idonea. Clubes mucho más chicos han podido, ¿por qué no va a poder el Sexto Grande?…si diez años no es nada…