La esencia Quemera en su estado más puro. Un recorrido por el pasado de Huracán, un retrato de su presente, una mirada para ofrecer caminos. Desde 2006, un espacio de pertenencia de nuestro Globo entrañable.
jueves, enero 06, 2011
René es Mundial
René Houseman fue figura de Huracán y del seleccionado nacional. Campeón del mundo en 1978, cuatro años antes también había asombrado con su habilidad en el Mundial de Alemania 1974. Un detalle para recordar al crack de las medias bajas.
No se trata de la seducción de algún éxito pasajero; tampoco de una imposición de la implacable parafernalia mediática. Ser Quemero es una cuestión de pertenencia. Una preciosa herencia inmodificable.
De acuerdo con el Informe de Clubes 2023, realizado por la AFA, Huracán se ubicó como el tercer equipo más convocante de la Ciudad de Buenos Aires, detrás de River (récord mundial en el año) y de Boca. También se ubicó quinto entre los grandes, delante de San Lorenzo. Además, de acuerdo con datos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, al Clásico de Barrio más grande del Mundo concurrieron más de 54.000 personas, cifra récord para nuestra casa luego de la última remodelación posterior a 1955.
Nuestro Palacio: el del Oscar y ¿el del Mundial 2030?
El estadio de Huracán es el primero del fútbol argentino y el segundo del mundo en participar de una película ganadora del Oscar (el primero fue El Molinón, por la película española Volver a empezar, de José Luis Garci). Nuestro Palacio Ducó se consagró en 2010, con El secreto de sus ojos, de Juan José Campanella. Luego, el mítico Wembley -escenario del film El discurso del Rey- se sumó a la lista. Conocida la condición de la Argentina como una de las sedes inaugurales del Mundial Centenario, Buenos Aires fue elegida como subsede principal. Y se establecieron cuatro estadios como posibles escenarios: además del Palacio, fueron inscriptos por la AFA el Monumental de River, La Bombonera de Boca y el José Amalfitani de Vélez.
Nuestro fútbol
Desde finales del Siglo XIX, la Argentina se transformó en una de las capitales mundiales del deporte más popular. No sólo porque ahora cuenta con el seleccionado nacional más exitoso de la historia (con 23 títulos, con las tres Copas del Mundo que exhiben las estrellas del escudo) sino por tantos futbolistas y entrenadores que hicieron y hacen historia. Desde Diego y Lionel para atrás y para los que vendrán. Como algunos Quemeros que dejaron su impronta como múltiples campeones y goleadores: El Filtrador Stábile (goleador del primer Mundial y el entrenador con más títulos en la historia de los seleccionados del mundo), Tucho Méndez (el máximo anotador de la historia de la Copa América), Herminio Masantonio (el mejor promedio de gol en la vida albiceleste), Emilio Baldonedo (el máximo anotador del Superclásico universal contra Brasil), René (el mago de todas las magias que alzó la Copa del Mundo, como Ardiles, Larrosa y Baley en 1978) y tantos nombres que hicieron de Huracán el club que más goles le aportó a la Selección en los Mundiales. Nada menos. Todo eso.
Así nos ve la FIFA
"Durante el apogeo de la era amateur, Huracán se ganó su lugar entre los seis grandes del fútbol argentino, al obtener cuatro títulos de Liga en ocho años. A esa altura, el Quemero ya tenía como clásico adversario a San Lorenzo, por una cuestión barrial, y había forjado su rivalidad con Boca, con el que peleaba año a año por el título".
Los pagos huracanenses no se identificaban con exactitud como Parque de los Patricios. Se trataba aún del barrio de los Corrales Viejos, Mataderos del Sur. Justo Sáenz (h), en el libro "La amistad de algunos barrios", evoca esa época: "Barrio de los Corrales Viejos, escuela de visteadores y malambistas... constante pesadilla de la comisaría seccional y cliente conspicuo del Hospital San Roque (Ramos Mejía)... era el chinerío del pueblo de las Ranas y La Quema... en 1909 y 1910, siendo casi niño alcancé a conocerlo viniendo a caballo de la Provincia..." En aquellos días y en esa geografía, Huracán ya asomaba su estirpe gloriosa. Las Ligas Paralelas y los ascensos vertiginosos a Primera dan cuenta. Ligas Paralelas (1909-1912): 1909 - Liga Centenario: Subcampeón. 1910 - Liga 43, Verano: Campeón. 1910 - Liga 43, Invierno: Campeón. 1911 - Liga Anglo Argentina: Subcampeón. 1912 - Liga 43, Verano: Campeón. 1912 - Liga 43, Invierno: Subcampeón. /// Huracán en la Asociación (la AAF, la oficial, homologada por la FIFA, antecesora natural de la actual AFA, surgida en 1934): 1912 - Tercera División: Campeón de Sección. Ascenso a Segunda. 1913 - Segunda División: Campeón de Sección y de División. Ascenso a Primera.
King of The Twenties
En la década del 20, el fútbol del Río de la Plata era, claramente, el mejor del mundo. Así lo corroboró cada contacto internacional (Juegos Olímpicos, Copas América, giras, amistosos) que sucedió en aquellos años. El Mundial de 1930, con Uruguay y Argentina en la final, fue la consecuencia más notable y más visible. En ese contexto, Huracán resultó -junto a Boca- el más campeón de esta orilla. Del otro lado, la gloria se la repartían Nacional y Peñarol. En suma, los cuatro Reyes de ese fútbol entonces inmejorable.
Huracán del Río de la Plata
En los años 20, Huracán fue campeón de Liga de la Asociación Argentina (la oficial, afiliada a la FIFA) en cuatro ocasiones. A consecuencia de ello se ganó el derecho a participar en la final de la Copa Ricardo Aldao - Río de la Plata contra el campeón de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF). Pero hubo deserciones y ausencias: en 1921, no se presentó Peñarol; en 1922, no se presentó Nacional; en 1925, el Campeonato Uruguayo no finalizó por deficiencias organizativas y ese año Huracán fue el único campeón del Río de la Plata. En 1928, disputó el encuentro decisivo ante Peñarol y cayó por 3-0. Aunque no suelen aparecer en los Palmarés que se publican, se trata de tres títulos obtenidos por derecho adquirido.
Los más coperos de los años 40
En los años cuarenta Huracán tuvo un gran protagonismo, sobre todo en el ámbito de las Copas. Se consagró campeón en 1942, en 1943 y en 1944. Cada trofeo tuvo además su propio valor agregado. La primera fue la Copa Adrián Escobar (accedían los 7 mejores de la competición de Liga). En ese 1942, Huracán finalizó tercero, detrás de River y de San Lorenzo. Ya sobre el final del año se disputó esta tradicional Copa de la época. Y el camino fue memorable: tras eliminar a Newell´s en los cuartos de final, venció 1-0 a San Lorenzo en las semifinales. Y el primer día de diciembre, en el Monumental ante 70.000 espectadores, derrotó 2-0 al local -con goles de Manuel Giúdice y Jorge Alberti- y se quedó con el primer título de esa hermosa trilogía. Al año siguiente, por la misma competición, se dio un gusto de los grandes. Se clasificó al finalizar cuarto en la Liga, eliminó a River y a Independiente. En la final, ante 60.000 espectadores en el Gasómetro, se impuso a Platense (tras igualar sin goles, se resolvió por el 4-1 en la diferencia de córners a favor). Y ese 11 de diciembre dio la vuelta olímpica en la cancha de su archirrival. Pero lo mejor llegaría con la tercera, la Copa Competencia Británica George VI. El trofeo -donado por David Kelly, embajador británico en la argentina, en nombre del rey en tiempos de la II Guerra Mundial, George VI- homologado por la AFA y la FA se lo quedó el Globo de Jorge Newbery. Eliminó en cadena a Vélez (2-1), a San Lorenzo (4-3, de visitante) y a Newell's (4-1), en las semifinales. En el encuentro decisivo, disputado en el Gasómetro ante más de 86.000 espectadores (cifra récord para un partido de Copa Nacional de la AFA), se reeditó el viejo Superclásico de los años 20 ante Boca, El Clásico del Puerto. Huracán se impuso 4-2, con goles de Tucho Méndez, dos de Llamil Simes y el restante de Natalio Pescia, en contra. Ese sábado 9 de diciembre, Huracán dio su segunda vuelta olímpica consecutiva en el vecindario de Boedo.
Magia del 73, Matriz del 78
El equipo campeón del Metropolitano de 1973 es considerado, por su juego, como uno de los mejores equipos de todos los tiempos. Era una maravilla al servicio de la pasión por jugar y por ganar. René, Miguel, El Inglés, Roque, Omar, El Coco, El Capitán Jorge... Y, claro, César para idear ese fútbol de alto vuelo. Ninguno necesita apellido, como el Diego o como Lionel. Pero ese equipo más allá de ser campeón ese año y gran protagonista en las temporadas siguientes fue otra cosa incluso más relevante: la matriz para el primer título de Argentina en la Copa del Mundo. Nada menos.
Gracias para siempre
Huracán fue el subcampeón del Clausura 2009. Y finalizó detrás de Vélez, luego de una definición escandalosa. Pero la mirada implacable de la historia lo exhibirá como el mejor. Consiguió el octavo subcampeonato de su vida centenaria (tras los de 1920, 1923, 1936, 1939, 1975, 1976 y 1994). Hay una certeza: Los Angeles de Cappa quedarán en la memoria. Es lógico: resultó, quizá, el mejor equipo del fútbol argentino en la última década.
Volvimos Campeones
Huracán consiguió lo que ningún otro equipo en la historia: regresó a la máxima categoría mientras se consagraba campeón de un torneo absoluto (la Copa Argentina). Así sumó la Estrella Doce. También se clasificó a la Libertadores. Un 2014 inolvidable.
Los Supercampeones
Huracán venció 1-0 a River y obtuvo la Supercopa Argentina, en 2015. Segundo título en cinco meses. La Estrella Trece. La conquista incluyó otro récord: el equipo que menos tiempo necesitó para salir campeón recién llegado a la A. Así, además, accedió a la Copa Sudamericana.
El abrazo de América
Huracán tuvo un 2015 memorable en el ámbito internacional. Fue el equipo con mejor registro de la Conmebol (una derrota en 18 partidos; "Equipo del Año"), mantuvo el Palacio Ducó invicto, fue subcampeón de la Sudamericana sin perder ni una vez (más allá de los penales ante Santa Fe) y se clasificó a la Libertadores 2016. Además, en el Ranking Mundial de Clubes se ubicó Top 4 entre los argentinos y Top 10 de América; y también 59 escalones por delante de San Lorenzo. Ya más tarde, en el siguiente semestre, se consagró como el mejor equipo argentino a nivel internacional en la temporada 15/16. Para seguir aplaudiendo. En 2017, además, participó del ámbito internacional por tercer año consecutivo. Disputó la Sudamericana. Ya en 2018, tras finalizar en el Top 4 de la Superliga, se grantizó un lugar en la Libertadores 2019. Y siguió protagonizando en la Conmebol: en la Sudamericana 2020 y 2023 y en la Libertadores 2023.
Escribe Jorge Iwanczuk, en su estupendo libro Historia del fútbol amateur en la Argentina: "En esas largas horas hojeando los diarios amarillos y llenos de polvo confirmé que los clubes no nacieron el 31 de mayo de 1931, fecha de inicio del Profesionalismo. ¿Por qué entonces si antes llenaron estadios con 40.000 espectadores y fueron grandes Racing, Boca, Independiente, San Lorenzo, Huracán, River... y hasta hubo un Campeonato Mundial en el que salimos subcampeones con jugadores amateurs, empezar a contar la historia por la mitad?"
Los Seis Grandes
La última manifestación oficial de la AFA sobre la valoración de los clubes fue publicada en la Memoria y Balance de 1942, Artículo 94. Allí se señala que son seis las instituciones a las que les corresponden tres votos: Boca, Huracán, Independiente, Racing, River y San Lorenzo. Los llamados "grandes". Así se encuentran mencionados por la máxima entidad del fútbol argentino: por orden alfabético. Para tomar la determinación se tuvieron en cuenta tres aspectos fundamentales: temporadas en la máxima categoría, campeonatos obtenidos y cantidad de socios. La expresión de la AFA se mantuvo hasta principios de los años cincuenta. Y luego, ya no hubo "votos privilegiados".
En nuestro lugar
La publicidad de Imparciales, un clásico de la década del 50. Y Huracán está allí, ubicado entre los grandes. En su lugar, también en el imaginario colectivo de ese tiempo. Los campeonatos de Primera contaban lo mismo: en los primeros 60 años de fútbol argentino (1891-1950), este era el ranking por títulos de Liga entre los equipos de la AFA: Boca (12), Racing (11), River (8), Independiente (5), San Lorenzo (5) y Huracán (4).
La verdad de las tribunas
Huracán, grande también por convocatoria. La historia cuenta que se encuentra entre los seis clubes con mayor cantidad de entradas vendidas; en definitiva de hinchas en las tribunas. Los datos son oficiales de la AFA y fueron publicados por los diarios Olé y Clarín, entre otros. Corresponden al período 1931-2009.
Lo que dijo la gente
En el último trimestre de 2001, el diario deportivo Olé realizó una encuesta entre hinchas y personalidades del fútbol respecto de una pregunta propia de este tiempo: ¿quién es el Sexto Grande? La respuesta fue inequívoca: Huracán, como marca la tradición. El Globo de Newbery acumuló 79.184 votos. Y entre los dos que lo escoltaron (Chacarita y Vélez) sumados no alcanzaron esa cifra.
Huracán está en todos lados. Nació en 1908, pero a partir de su gloria en los años 20, comenzó a tener hermanos/homónimos por el país y por el mundo. No hay un caso igual en el planeta. En la Argentina, además de El Globo original, otros seis llegaron a la máxima categoría. Y, de acuerdo con un relevamiento que puso en marcha el socio Fabián Lanier, hay más de 100 en 17 provincias: Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, La Pampa, Tucumán, San Luis, Santiago del Estero, San Juan, Mendoza, Corrientes, Misiones, Chaco, Salta, Catamarca, Santa Cruz y Chubut. Pero no es un fenómeno sólo local. En Latinoamérica existen Huracanes en Uruguay, Chile, Perú, Ecuador, México, El Salvador, Puerto Rico, Guatemala, Bolivia. Y también en Europa. Hay en España (incluso el tercer equipo de la Comunidad Valenciana) y en 2009 se fundó el Huracán FC London. Los dos casos más recientes son puro asombro: Huracán FC Sierra Leona y Huracán FC India, ambos nacidos del impulso del Quemero Henry May. Sí, Huracán también en Africa y en Asia.
Huracán-San Lorenzo, el Clásico de Barrio más grande del Mundo. Un espacio de rivalidad deportiva, pero también de pertenencia. Desde el Blog el mensaje es claro: sí al folclore bien entendido, siempre; NO a la violencia barrabrava que lo mata.
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El benefactor fundacional
Jorge Newbery fue un personaje clave de su época, hacia fines del siglo XIX y principios del XX. Polifacético hombre del deporte y del quehacer nacional, resultó también un generoso impulsor de este sueño llamado Huracán.
El Olímpico
Cesáreo Onzari fue una gloria de Huracán y del fútbol del mundo. Con el Globo de Newbery ganó los cuatro campeonatos de los años 20. Y la FIFA lo reconoce como el auténtico fundador del "Gol Olímpico".
Un grito para la historia
Guillermo Stábile puso a Huracán en el Cuadro de Honor de la FIFA al consagrarse goleador del Mundial de 1930. También se ganó entonces el Balón de Plata. Fue un símbolo de los años 20, La Década de Oro para El Globo de Newbery.
Un guapo del gol
Herminio Masantonio es el máximo anotador de la historia del club de Parque de los Patricios, con 254 goles en 349 partidos, y el tercero de la Era Profesional, detrás de Arsenio Erico y de Angel Amadeo Labruna.
El rey de la fantasía
René Houseman es un inequívoco motivo de orgullo: crack de todos los tiempos y campeón del Metropolitano de 1973. También se consagró con la Selección en el Mundial de 1978.
Soy periodista. Estudié Publicidad en la UADE y Sociología en la UNQ; primero, Derecho en la UBA. En Clarín desde 1996 a 2023. Participé de 7 de los libros publicados por la sección Deportes y fui enviado especial a todas las competiciones de la FIFA y de la Conmebol. También cubrí la Final de la Champions, en 2016. Formé parte de los equipos de Infografía, como asesor periodístico (Premio a la Excelencia de SND en 2000, 2011 y 2013 y Medalla Malofiej en 2013). Gané el Premio TEA al mejor periodista joven en medios gráficos, en 2004, y el Premio Especial del Año, en 2018, por el trabajo colectivo "Papelitos". En 2013 recibí el "Reconocimiento a la labor periodística" de parte del Congreso de la Nación. Publiqué junto a Oscar Barnade, en 2006, el libro "Mitos y creencias del Fútbol Argentino", de Ediciones Al Arco; y en 2014, "Todo sobre la Selección", de Editorial Club House. Soy miembro del Centro para la Investigación de la Historia del Fútbol (CIHF), profesor en TEA y socio colaborador de APAER y de Greenpeace. También orgulloso fundador e integrante del Misura, en la UBA desde 1993.
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