La esencia Quemera en su estado más puro. Un recorrido por el pasado de Huracán, un retrato de su presente, una mirada para ofrecer caminos. Desde 2006, un espacio de pertenencia de nuestro Globo entrañable.
El año 2008 fue el del Centenario Quemero; el de las fiestas varias más allá de los avatares de resultados no deseados; el del color del contorno; el de la gente movilizada; el de la simpatía por La Paternal; el del necesario regreso al Ducó... El 2008 resultó, sobre todo, el año de la gente. Lo que sigue es un breve recorrido en tres imágenes por el Pueblo Quemero.
En La Bombonera.
En el Diego Maradona de La Paternal.
En la Fiesta del Pueblo Quemero, por los barrios del Sur.
Casi diez minutos de un video para mirar a Huracán en el espejo de su historia remota y también reciente. Para observar el contraste de nombres y de situaciones. Para sacar conclusiones en este año del Centenario Quemero. Pero sobre todo, más allá de los avatares de tantas derrotas cercanas, para reconocernos militantes de aquella estirpe ranera y de estos tiempos ilusiones sin desenlaces felices.
Al ritmo de Abran Cancha, imágenes de los festejos del Metropolitano de 1973, en el 2-2 frente a Boca, por la última fecha, el 28/9/1973. Dos semanas antes, Huracán había vuelto a ganar un título de Liga después de 45 años. Y era campeón en el fútbol argentinos tras 29 temporadas, desde la obtención de la Copa Competencia Británica en 1944 (en la final frente a Boca, en el Gasómetro). Ese festejo era también la consagración del sur proletario.
El equipo que todos sabemos de memoria. El equipo que fue la matriz de la consagración argentina en el Mundial de 1978. El equipo que jugó y emocionó. El equipo que todos ubican cuanto menos en el podio de la historia del fútbol nuestro. En definitiva, El Equipo de los Sueños.
Huracán fue uno de los grandes del amateurismo. Su último título en esa categoría, con el fútbol unificado, fue en 1928 con un equipo que daba espectáculo. No le fue tan bien en el profesionalismo, aunque tuvo grandes equipos (La Aplanadora de 1939) y, además, fue permanente generador de jugadores de excepcional calidad para la Selección. Tuvieron que pasar nada menos que 45 años para que pudiera dar otra vuelta olímpica en Parque Patricios, el barrio asociado a la poesía, al tango y al olor a glicinas de los patios del barrio Sur.
Y en 1973, como lo había sido en el 28, se consagró con un equipo pura fantasía, que respondía al sentimiento popular de los hinchas argentinos. Todo se inició el 2 de mayo de 1971, cuando el presidente Luis Seijo viajó a Rosario para ofrecerle el cargo a César Luis Menotti, cuya única experiencia había sido como ayudante de campo de Miguel Antonio El Gitano Juárez en Newell''s.
Menotti comenzó a delinear el equipo apenas llegó. Incorporó a Omar Larrosa, quien jugaba en Guatemala y que luego se convirtió en un jugador fundamental, goleador del equipo del 73 con 15 goles; Francisco Fatiga Russo, un volante que había pasado por Central Córdoba y Tigre para que fuera el equilibrio de una actitud permanentemente ofensiva; desde Rosario Central llegaron Alberto Fanesi y Jorge Carrascosa y la experiencia de Nelson Pedro Chabay, campeón del mundo con Racing. En el club había un cuarteto de de gran jerarquía: Alfio Basile, Roque Avallay y dos símbolos del barrio: Miguel Angel Brindisi y Carlos Babington.
El Coco Basile aportó su enorme personalidad, Brindisi y Babington la jerarquía de su capacidad individual, la pegada, el ingenio, la imaginación, el talento. Pero tal vez el hecho más significativo de la evolución de un jugador lo logró César Menotti con Roque Avallay. Había llegado desde Newell''s en trueque por Alfredo Obberti. Nadie le podía quitar el rótulo de chocador, cuando jugando para Independiente cayó al pozo perimetral. El entrenador lo convenció que tenía buenos atributos técnicos y fue tomando confianza. Siguió imprimiéndole velocidad a su juego, pero fue tomando sentido de la pausa y se tiró atrás para arrancar con Larrosa, Brindisi y Babington y llegar con poder al arco rival.
En el Metropolitano de 1972 Huracán jugaba un fútbol de alto nivel. La tarde más gloriosa fue frente a Boca, el domin go que Brindisi y Babington llegaron por la mañana a Ezeiza desde Francia (habían jugado un partido amistoso para el Valenciennes), almorzaron y salieron a jugar. Ganaron 5-1, con un baile formidable. Y otro resultado para el recuerdo fue el 3-0 frente a San Lorenzo, su histórico rival, cuando el equipo que dirigía Lorenzo se coronó bicampeón. En 1973 llegó una figura impresionante del fútbol argentino: René Orlando Houseman, a criterio de muchos uno de los jugadores más importantes de todos los tiempos. Sin exageraciones. Con el Loco del Bajo Belgrano quedó conformado uno de los equipos con mayor brillantez de nuestro fútbol. En las primeras fechas golearon y dieron espectáculo. En la décima fecha (frente a Central, en Rosario) aquel 5-0 quedó en la historia como una muestra de hidalguía de la hinchada centralista al aplaudir a sus rivales, inusual en el estadio del barrio Arroyito.
En la segunda rueda tuvo algunos resultados imprevistos, pero jamás renunció a la idea de Menotti de jugar. La declinación se produjo cuando Enrique Omar Sívori citó a varios de sus jugadores para la selección que tenía que jugar la eliminatoria para el Mundial Alemania 74. Sin embargo, el equipo mantuvo la línea y se consagró campeón tres fechas antes del final, aún perdiendo (2-1) con Gimnasia y Esgrima en su propio estadio.
Huracán del 73 fue uno de los grandes equipos del fútbol profesional. A casi treinta años la figura de aquel equipo, de sus grandes individualidades, de la idea obsesiva del técnico por respetar un estilo, se engrandece. Verlo jugar era un deleite. Llenó de fútbol las canchas argentinas y le devolvió la sonrisa después de 45 años a un barrio con cadencia de tango y olor a glicinas en sus patios.
Texto escrito por mis amigos Pedro Uzquiza y Oscar Barnade, en Clarín, en 2002.
Video evocativo del Huracán campeón del Metropolitano de 1973.
Posiciones: Metropolitano:
1. Huracán 46 pts.
2. Boca 42 pts.
3. San Lorenzo 40 pts.
Nacional:
1. Rosario Central 5 pts*.
2. River 3 pts*.
3. Atlanta 2 pts*.
3. San Lorenzo 2 pts*. *Puntajes obtenidos en la ronda final.
Figuras: Metropolitano:
1. René Houseman, delantero.
2. Jorge Carrascosa, defensor.
3. Omar Larrosa, mediocampista.
3. Miguel Brindisi, mediocampista.
3. Carlos Babington, mediocampista.
Nacional:
1. Miguel Brindisi, mediocampista.
2. Carlos Babington, mediocampista.
3. Roque Avallay, delantero.
3. Nelson Chabay, defensor.
3. Daniel Buglione, defensor.
Partidos para la historia:
1. 4/4: Huracán 5-Racing 0. Máxima goleada frente a uno de los otros cinco grandes. Desde que jugó su primera temporada en la máxima categoría, en 1914, y hasta el reciente Apertura 2008, Huracán disputó 770 partidos contra los otros cinco grandes y sólo esta vez ganó por más de cuatro goles.
2. 6/5: Rosario Central 0-Huracán 5. Partido inolvidable de Huracán en Arroyito. Por primera y única vez en la historia un equipo visitante se fue ovacionado de ese estadio.
3. 4/3: Huracán 6-Argentinos 1. Impresionante debut de Huracán en Parque de los Patricios. El principio de la gloria.
Siguen los festejos del Centenario Quemero. El sábado, antes del partido frente a Vélez, la Provincia de Santiago del Estero junto al Huracán local le entregaron una plaqueta al presidente Carlos Babington. Ahora, la fiesta continúa en Mar del Plata con una serie de eventos organizados por la Peña Dale Globo. Entre ellos, el Globo de Jorge Newbery en pleno estadio José María Minella.
Lo que sigue es el balance de un Apertura que tuvo mucho más de desencantos que de alegrías.
Lo mejor: 1) La vuelta al Ducó. Después de 438 días Huracán volvió a jugar en su cancha de Parque de los Patricios. Fue con triunfo ante Vélez y con fiesta en el único partido del año del Centenario disputado en el Palacio. 2) El Gol del Centenario. El 1/11 Huracán festejó sus 100 años enfrentando a Estudiantes, en Liniers. A pesar de terminar jugando con uno menos, se impuso 1-0 con un golazo de Gastón Esmerado. 3) Un mediocampo valioso. En cuanto al juego, lo más destacado del equipo estuvo en la mitad de la cancha. Por la tenacidad de Leandro Díaz, la regularidad de Hugo Barrientos y la jerarquía de una dupla que entusiasma, César González-Javier Pastore.
Lo peor: 1) El error en los refuerzos. Huracán contrató mal o muy mal. César González fue el único que mereció aplausos frecuentes entre los nuevos. Además, no se pensó en capitalizar al club trayendo jugadores "comprables" (por su baja opción) o apostando con regularidad a los juveniles. 2) Delanteros sin gol. Huracán fue uno de los tres equipos con menos goles a favor en el Apertura (hizo 18, menos de uno por partido de promedio). La falta de eficacia de los delanteros resultó determinante: Hernán Barcos (tres tantos en 17 encuentros), Ariel Colzera (1/18), Matías De Federico (1/2), Carlos Casartelli (0/5), Matías Gigli (0/7) y Luciano Nieto (0/6). El goleador del equipo fue el Maestrico González con cuatro tantos en 15 partidos. 3) El clásico ante San Lorenzo. Huracán cayó 4-1 en un partido que, cuando se suspendió, parecía al alcance de la mano. ¿Las sospechas? Mejor no hablar de ciertas cosas.
Jugadores: El mejor: 1. César González. 2. Paolo Goltz. 3. Hugo Barrientos. 3. Leandro Díaz. La revelación: 1. Javier Pastore. 2. Gastón Monzón. 3. Kevin Cura. El peor: 1. Alejandro Limia. 2. Diego Herner. 3. Carlos Casartelli. 3. Hernán Barcos.
Más: Lo mejor y lo peor de la Temporada 07/08, en el Blog.
Hugo Barrientos ya no jugará en Huracán. El mediocampista y ex capitán del equipo continuará su carrera en Rosario Central. El pase se acordó en 500.000 dólares. Se va luego de dos temporadas y media en las que resultó, más allá del comienzo traumático (sobre todo por las frecuentes expulsiones) y de las disputas con los dirigentes, un jugador fundamental. Fue líder en la campaña que derivó en el regreso a la A y fue figura del equipo en el Apertura 2007, en el que Huracán terminó sexto (junto a Estudiantes). En total, en Huracán disputó 76 partidos y convirtió cuatro goles. Hay dos certezas. Una buena: será un jugador bien recordado. Y una preocupante: en el mediocampo se lo va a extrañar demasiado.
Actualización: Barrientos no pasó la revisión médica, en Olé. Las consecuencias, en Patria Quemera.
Norberto Méndez, el crack que compartimos con Tigre.
Norberto Doroteo Méndez jamás negó su origen: Pompeya fue la geografía de su nacimiento y la de su niñez, esa en la que forjó su condición de huracanense. Se lo dijo al mundo: él era habitante sentimental del barrio de Las Ranas. Tuvo otro vìnculo afectivo posterior: Racing, que lo adoptó como referente y donde fue tricampeón... Pero Tucho también es inolvidable en otro club: Tigre. Su condición de crack también la exhibió por Victoria: llegó en 1955 y jugó dos temporadas. En la primera realizó la mejor campaña de la historia del club en la màxima categorìa (fue sexto, a 15 puntos del campeón River) hasta la irrupción del ciclo Cagna. En total disputò 47 encuentros e hizo siete goles con la camiseta azul y roja y compartió una histórica delantera con De Bourgoing, Cesáreo, Aguilar y Nicolás Gómez.
Méndez es el superhéroe compartido con Tigre, ese equipo que hoy merece la compañía quemera y el mejor de los deseos para el triangular en el que enfrentará a San Lorenzo y a Boca para determinar al campeón del Apertura 2008.
Me tocó estar en Victoria en ocasión del partido contra Banfield. Descubrí que Tucho es querido como si hubiera nacido en alguna de las casitas sobre la calle Guido Spano, frente a la cancha; o como si hubiera recorrido todos los días de su carrera ese campo de juego en el que ahora Martín Morel y Diego Castaño le dan vida a este querible Tigre.
Ricardo Infante, con la camiseta de Estudiantes. También se lució en Huracán, a mediados de los años 50.
Falleció Ricardo Infante. Y con él se fue un hombre que supo hacerse querer en Parque de los Patricios. Es cierto que estuvo más ligado a la historia de Estudiantes de La Plata que a la de Huracán, pero en el club también aportó lo que mejor sabía hacer: convertir goles. Entre 1953 y 1956 hizo 31 tantos en 94 partidos. También integró el seleccionado argentino que participó del Mundial de Suecia en 1958. A lo largo de su notable campaña disputó 439 partidos y marcó 217 goles. Así, se ubica entre los gigantes: ocupa el sexto lugar entre los futbolistas que más goles hicieron en el fútbol argentino, detrás de Arsenio Erico (293), Angel Labruna (293), Herminio Masantonio (255), Manuel Pellegrina (231) y José Sanfilippo (227). Desde acá, el tributo para el querido Beto.
Huracán superó a Vélez en todos los rubros del juego. Y, en consecuencia, lo goleó. Fue de tres la diferencia, pero pudieron haber sido cinco, seis o siete sin espacio para que pareciera exagerado. Un disparo misilístico de Matías De Federico; toda la jerarquía de César González; y la preciosa osadía de Javier Pastore. Ellos fueron los que le estamparon su nombre a una victoria para el aplauso.
Huracán ante su público, el día del regreso al Ducó. Hubo 16.000 quemeros. Y un triunfo enorme ante Vélez, en el único partido jugado en casa en el año del Centenario.
Apertura, decimonovena fecha: Huracán 3-Vélez 0. Después de 438 días y de varias amarguras y fastidios por el desarraigo, Huracán regresó al Ducó, su estadio, su espacio de pertenencia. Y luego de una campaña desencantadora y de antecedentes cercanos para preocupar al más optimista, de repente, bajo el sol de Parque de los Patricios, Huracán se reencontró con su esencia. Y con sus propios misterios agradables. No había razones para que Huracán jugara como jugó. El equipo estaba más para los rechazos y los silbidos que para ese desenlace con aplausos y goleada ante Vélez. Incluso los hinchas habían llegado a Alcorta y Luna con la sensación de que la tabla de los promedios comenzaba a ser la prioridad inmediata y se fueron con la impresión de que, quizá, el horizonte que se avecina no resulte tan traumático. En el cierre del año del centenario, fue un remanso volver al barrio, a los ritos de la previa, al romance con los recuerdos, a la popular Ringo Bonavena, a la platea Alcorta. Nadie puede explicar los por qué del cambio de realidades. Tal vez sean los misterios del Ducó...
Hoy a la tarde volverán los viejos ritos al barrio. El bodegón sobre la avenida Caseros, el café compartido, la militancia de la bohemia, la caminata por Luna o por Colonia, las casas que cuentan otro tiempo de Buenos Aires, el abrazo familiar o con amigos en la esquina de Amancio Alcorta. Y allí, en el final del recorrido, estará otra vez él: el Ducó, ese Palacio que ahora se hizo Patrimonio Histórico de la Ciudad. Después de 438 días, desde aquel gol de Walter Coyette para el 1-0 a Banfield en el Apertura 2007, Huracán volverá a ser local en su cancha. Acontece algo más: en el año de su centenario, el de hoy ante Vélez será el único partido que jugará en casa. No se trata de un lugar más para el hincha de Huracán. El Ducó es un lugar de pertenencia inequívoco para cualquier quemero. Muchos de los que hoy estarán ahí recuerdan que entre el alambrado y el primer escalón de la popular Ringo Bonavena patearon su primera pelota, en esa suerte de playón hecho canchita. Algunos pocos estuvieron el día de la inauguración, en 1947, cuando Huracán puso de rodillas a Boca en un escenario que parecía de un Mundial. Varios vieron, en los festejos del Metropolitano de 1973, el abrazo de Adán Loizo, aquel wing de los tetracampeones de la década del 20, con René Houseman, ese wing de todos los tiempos. Otros tantos se soñaron campeones en 1994, en aquel partido ante Banfield, previo al dolor de la goleada tremenda frente a Independiente, en Avellaneda. Y un puñado lloró también allí ante la inminencia de algún descenso. Y hoy todos, en cuerpo o en alma, estarán allí, al final de la caminata por Luna. Para abrazar al Ducó de sus corazones.
Roque Avallay jugó en Huracán durante dos ciclos: entre 1970 y 1976 y en 1980. Es un referente de la historia del club. Está en el puesto 14 entre los que más jugaron para Huracán en el Profesionalismo (con 217 partidos) y es el sexto máximo anotador con 70 goles. Lo mejor de su larga carrera (disputó en total 522 encuentros) lo mostró en Parque de los Patricios a partir de la llegada de César Menotti. Fue campeón en el Metropolitano de 1973. Un año antes a esa vuelta olímpica ya había tenido una gran temporada: entre los dos torneos del año hizo 22 goles en 43 partidos.
Para entonces ya había llegado al club César Luis Menotti. "La familia Seijo había echado raíces en la porteña zona de Parque de los Patricios y también las había extendido en el club Huracán. Luis, el padre, había vuelto a la presidencia de la institución y necesitaba un técnico joven, pujante y sin exigencias económicas desmedidas para una economía resquebrajada e inestable. El Flaco cumplía todos los requisitos y uno más, tan significativo como los otros: el gusto obsesivo por el juego lustroso", así relata Ricardo Gotta la llegada de Menotti a Huracán, en el libro Fuimos Campeones. Menotti debutó en Huracán el 2 de mayo de 1971, en el clásico ante Boca. No fue un buen arranque, ya que el equipo perdió 3-0 en La Bombonera; además estuvo sin ganar los primeros cuatro encuentros. Recién en el quinto partido, ante Atlanta por 2-1, consiguió su primer triunfo. El Nacional de 1971 fue más irregular que el primer torneo del año y apenas ganó 3 de los 14 partidos que jugó. Sin embargo, el Metropolitano de 1972 fue la antesala del gran equipo que dejaría su sello en la historia del fútbol nacional. Luego de una primera rueda irregular, como así también las primeras fechas de la segunda ronda, hubo un partido que fue clave para la historia del equipo que en ese torneo finalizó tercero. Fue el 30 de julio, en el Palacio Ducó. Huracán goleó a Boca 5 a 1, con dos goles de Miguelito Brindisi, dos de Roque Avallay y uno de Eduardo Quiroga. De ahí hasta el final del torneo, el equipo de Menotti se mantuvo invicto (ganó 5 y empató 4) y se dio el lujo de golear al rival de siempre y campéon de ese año, San Lorenzo, por 3-0 (2 de Avallay y Brindisi). Finalmente, la campaña del Metro incluyó 14 triunfos, 12 empates y 8 derrotas, con 49 goles a favor en 34 partidos. La actuación en el torneo Nacional fue mejor que el año anterior: sobre 13 partidos, ganó 6, empató 4 y perdió 3 y finalizó cuarto en el grupo B.
Texto publicado por Oscar Barnade en el libro del Centenario de Huracán, publicado por Clarín.
Posiciones: Metropolitano: 1. San Lorenzo 49 pts. 2. Racing 46 pts. 3. Huracán 40 pts. 3. River 40 pts.
Nacional: 1. San Lorenzo. 2. River (finalista). 3. Boca (semifinalista).
Figuras: Metropolitano: 1. Miguel Brindisi, mediocampista. 2. Roque Avallay, delantero. 3. Carlos Babington, mediocampista. 3. Omar Larrosa, mediocampista.
Nacional: 1. Miguel Brindisi, mediocampista. 2. Carlos Babington, mediocampista. 3. Francisco Russo, mediocampista.
Partidos para la historia: 1. 10/9: Huracán 3-San Lorenzo 0. San Lorenzo venía de ser campeón del Metropolitano en la fecha anterior. Pero la vuelta olímpica en el Ducó terminó en goleada quemera. 2. 30/7: Huracán 5-Boca 1. Máxima goleada en el historial frente al peor verdugo de la historia de Huracàn y archirrival de la década del 20. 3. 1/10: River 1-Huracán 2. Notable triunfo en Núñez, por la ùltima fecha. Con esta victoria, ademàs, el equipo se subiò al podio del Metropolitano.
Tigre puede evitar que el año del Centeneario Quemero tenga una incomodidad añadida: la posibilidad de que San Lorenzo o que Boca sean campeones. El domingo, desde las 17.10, los tres definirán el Apertura. Desde este Blog, claro, estamos con los de Victoria.
Imágenes, retratos, personajes, momentos, alegrías, golpes. Un video para evocar el centenario quemero. Un recorrido al ritmo manso de una canción emblemática del Huracán de las últimas dos décadas: "Resistiré".
Apertura, decimoctava fecha: Arsenal 1-Huracán 0. Para ganar, alcanzaba con muy poco. Pero fuimos casi nada. Y perdimos. Muchos piden la dimisión de Angel Cappa. No parece la solución. Si no, casi todo lo contrario: un problema añadido.
El sábado a la noche, desde las 21.40, Huracán juega contra Arsenal. Es el después de la derrota reciente que más dolió (el maldito 1-4 contra San Lorenzo). Ahora es el momento más bravo. Ahora hay que volver a estar. Quedan 21 partidos para el final de la temporada y todavía faltan 22 puntos para garantizarnos una permanencia sin Promoción. Por eso, ir al Viaducto es incluso más que un acto de militancia quemera. Se trata también de un mensaje para estos jugadores: la historia continúa.
El gol de Paolo Goltz, convertido el sábado bajo la lluvia. El principio feliz de una historia que terminó en decepción.
El siguiente texto lo escribió Héctor Hugo Cardozo, columnista de Clarín y amigo. Se trata de una perfecta explicación de un aspecto clave del clásico frente a San Lorenzo, que terminó en goleada: lo anímico.
Las goleadas suelen ser implacables con las observaciones que deja un partido. Y más en un clásico en el cual se disputan el orgullo del barrio, la tradición y la historia. Y se puede añadir que para San Lorenzo superar a Huracán le abría, le abrió, la chance de seguir siendo candidato al título. San Lorenzo aplastó en los números a Huracán, legitimamente. Y, entonces, ¿vale ingresar en el análisis de las virtudes y defectos de desplegaron cada equipo? Sí. Es necesario. Porque el resultado puede ser inobjetable en sí mismo, pero no siempre aporta referencias exactas. La idea es intentar desmenuzar los cómo y los por qué de este 4 a 1. Desde el ángulo futbolero y desde el espritual. Se sabe, la presión por el éxito condiciona los funcionamientos. Lo sufrió San Lorenzo, que entró con la obligación de revertir el marcador. Y eso se reflejó en los temores que desnudó en cada avance. Desde Aguirre, pasando por Ledesma, siguiendo por Solari, San Lorenzo prefirió hacer circular con muchas precauciones y lentitud la pelota. Se percibía la inseguridad. Y encima quedó desacomodado defensivamente otorgándole a Huracán tres posibilidades netas para buscar aumentar la ventaja. Apenas un disparo franco de Silvera fue la única molestia para Limia. Huracán se sintió cómodo sosteniendo el 1 a 0 y con campo abierto para aventurarse. Pero así como San Lorenzo pecó de repetido, está visto que a Huracán no le sobran jugadores con determinación o talento. Lo tuvo a Arano y a César González. Poco. El miedo cambió de camiseta en el complemento. El gol de Aureliano Torres lo achicó a Huracán. Barcos pudo marcar, pero se apuró y demostró sus limitaciones. Después, dos jugadas generadas en tiros libres decidieron el pleito. Y aparecieron espacios como para justificar la generosa diferencia. Pero, que conste, hubo un antes y un después. La necesidad imperiosa de ganar descubre dificultades, agiganta los errores para elaborar juego, confunde. La cuestión anímica influye al máximo. Huracán tuvo oportunidades: no supo, por falta de calidad, usufructuarlas. San Lorenzo, con el empate y tras el 2 a 1, entregó una versión más relajada, con un fútbol más preciso. Ahí es notorio como tallan las razones psicológicas de las que tanto se hablan. Quizás ahora este enorme triunfo lo vuelva a afirmar al cuadro de Russo. En tanto, visto lo que se vio, fue evidente que el jugador más inteligente en estos 74 minutos fue el venezolano César González y eso está por encima de sus virtudes físicas y hasta técnicas. Y el que resolvió el clásico fue el paraguayo Aureliano Torres, con su gol, su gran pegada y su viveza. Inocultables datos para tener en cuenta.
Imagen de la tercera bandeja de La Bombonera. Escaso público de San Lorenzo, más allá de su condición de candidato.
Lo que sigue lo escribió Ricardo Sepia, en el De Frente en Olé. Se trata de una sucesión de verdades.
No hay reparos para una derrota así. Indudablemente el mazazo dolió en el centro del corazón. No se esperaba. Ni el día de la lluvia y el llanto visitante (se movieron bien, porque en las divididas Laverni optó por el cuadro de franjas), ni después de los 37 iniciales en los que, con uno menos, cerró los accesos y buscó ampliar el 1-0 pero no estuvo fino (la falta de precisión fue algo reiterado en todo el torneo). Pero, cayó una vez y todo el esfuerzo y el sacrificio empleado como arma para quedarse con el clásico se fue a la basura. No alcanzó seguir metiendo porque no se inquietó al arquero. No alcanzó con el empuje de los Quemeros, incansables a la hora de alentar y sin borrarse como sí lo hicieron ellos hace diez días en su domicilio por no bancar en las malas. Diferencia notoria. Globo es clave levantarse ya de esta cruel jugada del destino. Cappa, necesitamos que endereces este barco que sufrió dos derrotas y un empate que casi también fue caída. No se puede esperar al 2009: estos seis puntos deben ser nuestros. PD: ¿Dieron la vuelta contra Huracán como habían dicho en la 10ª cuando eran punteros?
Apertura 2008, decimoséptima fecha: Huracán 1-San Lorenzo 4. Perdimos el clásico del peor de los modos. Mejor no hablar (ni escribir) de ciertas cosas.
El mejor: César González. El peor: Alejandro Limia, Diego Herner y Hernán Barcos.
La expulsión de Javier Pastore. Un acierto del árbitro Saúl Laverni. Una irrespondabilidad del mediocampista en pleno clásico. Ahora, a jugar y ganar con diez, como en el Día del Centenario contra Estudiantes. Como dijo Angel Cappa: "Tampoco nos echaron a cuatro..."
El miércoles, desde las 20 horas, se presentará el documental "La identidad de un grande: Huracán". El evento se desarrollará en la esquina de La Rioja y Caseros. Tras la exhibición, habrá un espectáculo de tango y baile, a modo de homenaje a Homero Manzi, Parque de los Patricios y Nueva Pompeya, al Sur de la Ciudad. El documental fue declarado de Interés Cultural por la Secretaría de Cultura de la Nación.
Detalles de quienes participaron en el documental: Autora del guión y directora: Susana Aradas Producción: Sabrina Jones y equipo de filmacion. Voz en Off: Monica Bentancort. Supervisión Histórica: Ing. Manuel Vila. Coordinación: Dr. Néstor Vicente.
Actualización: su proyección fue suspendida hasta nuevo aviso.
No se trata de la seducción de algún éxito pasajero; tampoco de una imposición de la implacable parafernalia mediática. Ser Quemero es una cuestión de pertenencia. Una preciosa herencia inmodificable.
Como en 2023, y de acuerdo con el Informe de Clubes de la AFA de 2024, Huracán se ubicó en un lugar de privilegio en cuanto a convocatoria. Con 31.197 espectadores de promedio por partido, finalizó séptimo a nivel nacional, tercero en CABA (sólo detrás de River -otra vez récord mundial, con 84.593 espectadores de promedio por partido- y Boca, el histórico líder en convocatoria) y cuarto en el AMBA (a los Superclásicos rivales se suma Racing, con apenas 723 espectadores más de promedio por encuentro). El Informe también detalla la cantidad de socios: Huracán volvió a crecer en ese rubro y llegó a los 51.302. Buenas señales para este Grande inobjetable.
Nuestra gente
De acuerdo con el Informe de Clubes 2023, realizado por la AFA, Huracán se ubicó como el tercer equipo más convocante de la Ciudad de Buenos Aires, detrás de River (récord mundial en el año) y de Boca. También se ubicó quinto entre los grandes, delante de San Lorenzo. Además, de acuerdo con datos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, al Clásico de Barrio más grande del Mundo concurrieron más de 54.000 personas, cifra récord para nuestra casa luego de la última remodelación realizada en 1977.
Nuestro Palacio: el del Oscar y ¿el del Mundial 2030?
El estadio de Huracán es el primero del fútbol argentino y el segundo del mundo en participar de una película ganadora del Oscar (el primero fue El Molinón, por la película española Volver a empezar, de José Luis Garci). Nuestro Palacio Ducó se consagró en 2010, con El secreto de sus ojos, de Juan José Campanella. Luego, el mítico Wembley -escenario del film El discurso del Rey- se sumó a la lista. Conocida la condición de la Argentina como una de las sedes inaugurales del Mundial Centenario, Buenos Aires fue elegida como subsede principal. Y se establecieron cuatro estadios como posibles escenarios: además del Palacio, fueron inscriptos por la AFA el Monumental de River, La Bombonera de Boca y el José Amalfitani de Vélez.
Nuestro fútbol
Desde finales del Siglo XIX, la Argentina se transformó en una de las capitales mundiales del deporte más popular. No sólo porque ahora cuenta con el seleccionado nacional más exitoso de la historia (con 23 títulos, con las tres Copas del Mundo que exhiben las estrellas del escudo) sino por tantos futbolistas y entrenadores que hicieron y hacen historia. Desde Diego y Lionel para atrás y para los que vendrán. Como algunos Quemeros que dejaron su impronta como múltiples campeones y goleadores: El Filtrador Stábile (goleador del primer Mundial y el entrenador con más títulos en la historia de los seleccionados del mundo), Tucho Méndez (el máximo anotador de la historia de la Copa América), Herminio Masantonio (el mejor promedio de gol en la vida albiceleste), Emilio Baldonedo (el máximo anotador del Superclásico universal contra Brasil), René (el mago de todas las magias que alzó la Copa del Mundo, como Ardiles, Larrosa y Baley en 1978) y tantos nombres que hicieron de Huracán el club que más goles le aportó a la Selección en los Mundiales. Nada menos. Todo eso.
Así nos ve la FIFA
"Durante el apogeo de la era amateur, Huracán se ganó su lugar entre los seis grandes del fútbol argentino, al obtener cuatro títulos de Liga en ocho años. A esa altura, el Quemero ya tenía como clásico adversario a San Lorenzo, por una cuestión barrial, y había forjado su rivalidad con Boca, con el que peleaba año a año por el título".
Desde la fundación en 1908, Huracán jamás bajó del top 6 en cantidad de títulos de la AFA (considerando a las Asociaciones afiliadas oportunamente a la FIFA). Y los datos son enormes en cuanto a superioridad: entre títulos de Liga y de Copas Nacionales, Huracán acumula 104 años a 0 respecto de Vélez y de Estudiantes (y 116 de insuperabilidad); 102 a 5 respecto de Rosario Central; 102 a 9 con relación a Newell's. Y considerando las mismas competiciones oficiales, San Lorenzo recién nos superó en 2001, es decir 93 años después de la fundación de ambos y permaneció durante 75 años superado desde el primer título del Globo de Newbery. Prohibido olvidar, cuando se hable de grandeza.
Los pagos huracanenses no se identificaban con exactitud como Parque de los Patricios. Se trataba aún del barrio de los Corrales Viejos, Mataderos del Sur. Justo Sáenz (h), en el libro "La amistad de algunos barrios", evoca esa época: "Barrio de los Corrales Viejos, escuela de visteadores y malambistas... constante pesadilla de la comisaría seccional y cliente conspicuo del Hospital San Roque (Ramos Mejía)... era el chinerío del pueblo de las Ranas y La Quema... en 1909 y 1910, siendo casi niño alcancé a conocerlo viniendo a caballo de la Provincia..." En aquellos días y en esa geografía, Huracán ya asomaba su estirpe gloriosa. Las Ligas Paralelas y los ascensos vertiginosos a Primera dan cuenta. Ligas Paralelas (1909-1912): 1909 - Liga Centenario: Subcampeón. 1910 - Liga 43, Verano: Campeón. 1910 - Liga 43, Invierno: Campeón. 1911 - Liga Anglo Argentina: Subcampeón. 1912 - Liga 43, Verano: Campeón. 1912 - Liga 43, Invierno: Subcampeón. /// Huracán en la Asociación (la AAF, la oficial, homologada por la FIFA, antecesora natural de la actual AFA, surgida en 1934): 1912 - Tercera División: Campeón de Sección. Ascenso a Segunda. 1913 - Segunda División: Campeón de Sección y de División. Ascenso a Primera.
King of The Twenties
En la década del 20, el fútbol del Río de la Plata era, claramente, el mejor del mundo. Así lo corroboró cada contacto internacional (Juegos Olímpicos, Copas América, giras, amistosos) que sucedió en aquellos años. El Mundial de 1930, con Uruguay y Argentina en la final, fue la consecuencia más notable y más visible. En ese contexto, Huracán resultó -junto a Boca- el más campeón de esta orilla. Del otro lado, la gloria se la repartían Nacional y Peñarol. En suma, los cuatro Reyes de ese fútbol entonces inmejorable.
Huracán del Río de la Plata
En los años 20, Huracán fue campeón de Liga de la Asociación Argentina (la oficial, afiliada a la FIFA) en cuatro ocasiones. A consecuencia de ello se ganó el derecho a participar en la final de la Copa Ricardo Aldao - Río de la Plata contra el campeón de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF). Pero hubo deserciones y ausencias: en 1921, no se presentó Peñarol; en 1922, no se presentó Nacional; en 1925, el Campeonato Uruguayo no finalizó por deficiencias organizativas y ese año Huracán fue el único campeón del Río de la Plata. En 1928, disputó el encuentro decisivo ante Peñarol y cayó por 3-0. Aunque no suelen aparecer en los Palmarés que se publican, se trata de tres títulos obtenidos por derecho adquirido, por aplicación del concepto de walkover (parte integrente de los reglamentos y costumbres de ambas Asociaciones) por la no presentación del rival en la final.
Los más coperos de los años 40
En los años cuarenta Huracán tuvo un gran protagonismo, sobre todo en el ámbito de las Copas. Se consagró campeón en 1942, en 1943 y en 1944. Cada trofeo tuvo además su propio valor agregado. La primera fue la Copa Adrián Escobar (accedían los 7 mejores de la competición de Liga). En ese 1942, Huracán finalizó tercero, detrás de River y de San Lorenzo. Ya sobre el final del año se disputó esta tradicional Copa de la época. Y el camino fue memorable: tras eliminar a Newell´s en los cuartos de final, venció 1-0 a San Lorenzo en las semifinales. Y el primer día de diciembre, en el Monumental ante 70.000 espectadores, derrotó 2-0 al local -con goles de Manuel Giúdice y Jorge Alberti- y se quedó con el primer título de esa hermosa trilogía. Al año siguiente, por la misma competición, se dio un gusto de los grandes. Se clasificó al finalizar cuarto en la Liga, eliminó a River y a Independiente. En la final, ante 60.000 espectadores en el Gasómetro, se impuso a Platense (tras igualar sin goles, se resolvió por el 4-1 en la diferencia de córners a favor). Y ese 11 de diciembre dio la vuelta olímpica en la cancha de su archirrival. Pero lo mejor llegaría con la tercera, la Copa Competencia Británica George VI. El trofeo -donado por David Kelly, embajador británico en la argentina, en nombre del rey en tiempos de la II Guerra Mundial, George VI- homologado por la AFA y la FA se lo quedó el Globo de Jorge Newbery. Eliminó en cadena a Vélez (2-1), a San Lorenzo (4-3, de visitante) y a Newell's (4-1), en las semifinales. En el encuentro decisivo, disputado en el Gasómetro ante más de 86.000 espectadores (cifra récord para un partido de Copa Nacional de la AFA), se reeditó el viejo Superclásico de los años 20 ante Boca, El Clásico del Puerto. Huracán se impuso 4-2, con goles de Tucho Méndez, dos de Llamil Simes y el restante de Natalio Pescia, en contra. Ese sábado 9 de diciembre, Huracán dio su segunda vuelta olímpica consecutiva en el vecindario de Boedo.
Magia del 73, Matriz del 78
El equipo campeón del Metropolitano de 1973 es considerado, por su juego, como uno de los mejores equipos de todos los tiempos. Era una maravilla al servicio de la pasión por jugar y por ganar. René, Miguel, El Inglés, Roque, Omar, El Coco, El Capitán Jorge... Y, claro, César para idear ese fútbol de alto vuelo. Ninguno necesita apellido, como el Diego o como Lionel. Pero ese equipo más allá de ser campeón ese año y gran protagonista en las temporadas siguientes fue otra cosa incluso más relevante: la matriz para el primer título de Argentina en la Copa del Mundo. Nada menos.
Gracias para siempre
Huracán fue el subcampeón del Clausura 2009. Y finalizó detrás de Vélez, luego de una definición escandalosa. Pero la mirada implacable de la historia lo exhibirá como el mejor. Consiguió el octavo subcampeonato de su vida centenaria (tras los de 1920, 1923, 1936, 1939, 1975, 1976 y 1994). Hay una certeza: Los Angeles de Cappa quedarán en la memoria. Es lógico: resultó, quizá, el mejor equipo del fútbol argentino en la última década.
Volvimos Campeones
Huracán consiguió lo que ningún otro equipo en la historia: regresó a la máxima categoría mientras se consagraba campeón de un torneo absoluto (la Copa Argentina). Así sumó la Estrella Doce. También se clasificó a la Libertadores. Un 2014 inolvidable.
Los Supercampeones
Huracán venció 1-0 a River y obtuvo la Supercopa Argentina, en 2015. Segundo título en cinco meses. La Estrella Trece. La conquista incluyó otro récord: el equipo que menos tiempo necesitó para salir campeón recién llegado a la A. Así, además, accedió a la Copa Sudamericana.
El abrazo de América
Huracán tuvo un 2015 memorable en el ámbito internacional. Fue el equipo con mejor registro de la Conmebol (una derrota en 18 partidos; "Equipo del Año"), mantuvo el Palacio Ducó invicto, fue subcampeón de la Sudamericana sin perder ni una vez (más allá de los penales ante Santa Fe) y se clasificó a la Libertadores 2016. Además, en el Ranking Mundial de Clubes se ubicó Top 4 entre los argentinos y Top 10 de América; y también 59 escalones por delante de San Lorenzo. Ya más tarde, en el siguiente semestre, se consagró como el mejor equipo argentino a nivel internacional en la temporada 15/16. Para seguir aplaudiendo. En 2017, además, participó del ámbito internacional por tercer año consecutivo. Disputó la Sudamericana. Ya en 2018, tras finalizar en el Top 4 de la Superliga, se grantizó un lugar en la Libertadores 2019. Y siguió protagonizando en la Conmebol: en la Sudamericana 2020 y 2023 y en la Libertadores 2023. Ahora, en 2025, es tiempo de regreso: jugaremos la Sudamericana. Novena participación en una década.
Escribe Jorge Iwanczuk, en su estupendo libro Historia del fútbol amateur en la Argentina: "En esas largas horas hojeando los diarios amarillos y llenos de polvo confirmé que los clubes no nacieron el 31 de mayo de 1931, fecha de inicio del Profesionalismo. ¿Por qué entonces si antes llenaron estadios con 40.000 espectadores y fueron grandes Racing, Boca, Independiente, San Lorenzo, Huracán, River... y hasta hubo un Campeonato Mundial en el que salimos subcampeones con jugadores amateurs, empezar a contar la historia por la mitad?"
Los Seis Grandes
La última manifestación oficial de la AFA sobre la valoración de los clubes fue publicada en la Memoria y Balance de 1942, Artículo 94. Allí se señala que son seis las instituciones a las que les corresponden tres votos: Boca, Huracán, Independiente, Racing, River y San Lorenzo. Los llamados "grandes". Así se encuentran mencionados por la máxima entidad del fútbol argentino: por orden alfabético. Para tomar la determinación se tuvieron en cuenta tres aspectos fundamentales: temporadas en la máxima categoría, campeonatos obtenidos y cantidad de socios. La expresión de la AFA se mantuvo hasta principios de los años cincuenta. Y luego, ya no hubo "votos privilegiados".
En nuestro lugar
La publicidad de Imparciales, un clásico de la década del 50. Y Huracán está allí, ubicado entre los grandes. En su lugar, también en el imaginario colectivo de ese tiempo. Los campeonatos de Primera contaban lo mismo: en los primeros 60 años de fútbol argentino (1891-1950), este era el ranking por títulos de Liga entre los equipos de la AFA: Boca (12), Racing (11), River (8), Independiente (5), San Lorenzo (5) y Huracán (4).
La verdad de las tribunas
Huracán, grande también por convocatoria. La historia cuenta que se encuentra entre los seis clubes con mayor cantidad de entradas vendidas; en definitiva de hinchas en las tribunas. Los datos son oficiales de la AFA y fueron publicados por los diarios Olé y Clarín, entre otros. Corresponden al período 1931-2009.
Lo que dijo la gente
En el último trimestre de 2001, el diario deportivo Olé realizó una encuesta entre hinchas y personalidades del fútbol respecto de una pregunta propia de este tiempo: ¿quién es el Sexto Grande? La respuesta fue inequívoca: Huracán, como marca la tradición. El Globo de Newbery acumuló 79.184 votos. Y entre los dos que lo escoltaron (Chacarita y Vélez) sumados no alcanzaron esa cifra.
Huracán está en todos lados. Nació en 1908, pero a partir de su gloria en los años 20, comenzó a tener hermanos/homónimos por el país y por el mundo. No hay un caso igual en el planeta. En la Argentina, además de El Globo original, otros seis llegaron a la máxima categoría. Y, de acuerdo con un relevamiento que puso en marcha el socio Fabián Lanier, hay más de 100 en 17 provincias: Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, La Pampa, Tucumán, San Luis, Santiago del Estero, San Juan, Mendoza, Corrientes, Misiones, Chaco, Salta, Catamarca, Santa Cruz y Chubut. Pero no es un fenómeno sólo local. En Latinoamérica existen Huracanes en Uruguay, Chile, Perú, Ecuador, México, El Salvador, Puerto Rico, Guatemala, Bolivia. Y también en Europa. Hay en España (incluso el tercer equipo de la Comunidad Valenciana) y en 2009 se fundó el Huracán FC London. Los dos casos más recientes son puro asombro: Huracán FC Sierra Leona y Huracán FC India, ambos nacidos del impulso del Quemero Henry May. Sí, Huracán también en Africa y en Asia.
Huracán-San Lorenzo, el Clásico de Barrio más grande del Mundo. Un espacio de rivalidad deportiva, pero también de pertenencia. Desde el Blog el mensaje es claro: sí al folclore bien entendido, siempre; NO a la violencia barrabrava que lo mata.
To translate
El benefactor fundacional
Jorge Newbery fue un personaje clave de su época, hacia fines del siglo XIX y principios del XX. Polifacético hombre del deporte y del quehacer nacional, resultó también un generoso impulsor de este sueño llamado Huracán.
El Olímpico
Cesáreo Onzari fue una gloria de Huracán y del fútbol del mundo. Con el Globo de Newbery ganó los cuatro campeonatos de los años 20. Y la FIFA lo reconoce como el auténtico fundador del "Gol Olímpico".
Un grito para la historia
Guillermo Stábile puso a Huracán en el Cuadro de Honor de la FIFA al consagrarse goleador del Mundial de 1930. También se ganó entonces el Balón de Plata. Fue un símbolo de los años 20, La Década de Oro para El Globo de Newbery.
Un guapo del gol
Herminio Masantonio es el máximo anotador de la historia del club de Parque de los Patricios, con 254 goles en 349 partidos, y el tercero de la Era Profesional, detrás de Arsenio Erico y de Angel Amadeo Labruna.
El rey de la fantasía
René Houseman es un inequívoco motivo de orgullo: crack de todos los tiempos y campeón del Metropolitano de 1973. También se consagró con la Selección en el Mundial de 1978.
Soy periodista. Estudié Publicidad en la UADE y Sociología en la UNQ; primero, Derecho en la UBA. En Clarín desde 1996 a 2023. Participé de 7 de los libros publicados por la sección Deportes y fui enviado especial a todas las competiciones de la FIFA y de la Conmebol. También cubrí la Final de la Champions, en 2016. Formé parte de los equipos de Infografía, como asesor periodístico (Premio a la Excelencia de SND en 2000, 2011 y 2013 y Medalla Malofiej en 2013). Gané el Premio TEA al mejor periodista joven en medios gráficos, en 2004, y el Premio Especial del Año, en 2018, por el trabajo colectivo "Papelitos". En 2013 recibí el "Reconocimiento a la labor periodística" de parte del Congreso de la Nación. Publiqué junto a Oscar Barnade, en 2006, el libro "Mitos y creencias del Fútbol Argentino", de Ediciones Al Arco; y en 2014, "Todo sobre la Selección", de Editorial Club House. Soy miembro del Centro para la Investigación de la Historia del Fútbol (CIHF), profesor en TEA y socio colaborador de APAER y de Greenpeace. También orgulloso fundador e integrante del Misura, en la UBA desde 1993.
Linkedin: https://www.linkedin.com/in/waldemar-iglesias-30230163/