martes, junio 03, 2008

En el nombre de Diego

Diego Maradona, en su debut en Primera. Sucedió en 1976, en la cancha de Juan Agustín García y Boyacá, frente a Talleres. Ahora, Huracán se hace fuerte en el nombre de Diego.

Hubo un día en el que, mágicamente, la historia comenzó a cambiar para un Huracán a la deriva: el 16 de octubre de 2006, jugaba contra Unión, en Ferro, por la décima fecha de la B Nacional. Era el regreso de Antonio Mohamed como entrenador. Y recibió una visita inesperada e influyente: Diego Maradona. Desde entonces, Huracán -que dos meses antes había perdido ante Tiro Federal 5-1 en el Ducó- sacó el 73,52 por ciento de los puntos como local (22 triunfos, nueve empates y tres derrotas). Y también gracias a eso regresó a Primera. Pero hay más del influjo de Diego: a consecuencia de la inhabilitación del estadio de Alcorta y Luna, Huracán comenzó a hacer de local en el Diego Maradona de La Paternal. Y allí nunca perdió.
Huracán jugó en el Cajón de Boyacá y Juan Agustín García diez encuentros en esta temporada 2007/08: ganó cinco y empató cinco. En la B Nacional ya había ganado dos veces, contra Ferro y ante Defensa y Justicia.
Y sus resultados tuvieron también cierto carácter histórico: por primera vez en los últimos 25 años finalizó invicto como local ante los cinco grandes y apenas recibió un tanto (le ganó 2-1 a River, 3-0 a Racing e igualó 0-0 ante Boca, Independiente y San Lorenzo).
Ayer, enfrentó a otro rival encumbrado: el ahora ex líder Estudiantes. Y Huracán también se hizo fuerte en el Maradona: empezó perdiendo a los tres minutos, pero lo empató y puso a Verón y compañía en la cornisa de la derrota. Lo explicó Claudio Ubeda, el técnico, tras el 1-1 bajo el cielo de La Paternal: "Es cierto que acá nos sentimos cómodos. Pero el equipo respondió toda la temporada jugando como local. No sólo en esta cancha. Apenas perdimos un partido (contra Gimnasia La Plata, en el Apertura). Por eso, no creo que sólo sean las dimensiones del campo de juego. Hoy (ayer) se jugó bien y demostramos que también en este terreno se puede jugar por abajo". La cancha de Argentinos es la de dimensiones más pequeñas de Primera: 100 por 66 metros. El campo de juego del Nuevo Gasómetro, por ejemplo, tiene 110 por 70. Es decir que la diferencia entre uno y otro es de 1.100 metros cuadrados.
Los jugadores de Estudiantes hicieron referencia a la cuestión del tamaño. Pero no lo pusieron como excusa. "Es una cancha complicada, a la que la mayoría de los equipos no están acostumbrados. Nosotros tampoco. Pero, igual, hay que adaptarse y encontrar variantes para imponerse", señaló el entrenador de Estudiantes, Roberto Sensini.
Ahora, a Huracán sólo le queda enfrentar a Vélez en condición de local. Será en la última fecha. Y lo volverá a hacer en ese escenario en el que tan a gusto se siente. Como si la magia de llamarse Maradona tuviera que ver con aquella noche de octubre, la del abrazo del Turco con Diego. El día en que todo cambió. El día en que todo empezó...

Texto publicado por el autor del Blog, en Clarín.