El plantel de San Lorenzo que disputó el campeonato de la Primera B en 1982. Huracán, mientras tanto, cumplía 68 temporadas ininterrumpidas en la máxima categoría. Por primera vez desde 1915 no se jugó el clásico entre ambos.
El 15 de agosto de 1981, en la cancha de Ferro, San Lorenzo perdió 1-0 contra Argentinos y se convirtió en el primer equipo grande en irse a la B. Ese día, Mario Alles le atajó un penal decisivo a Eduardo Delgado y el único gol lo hizo Carlos Salinas, también de penal. Poco menos de dos meses antes, en la Bombonera, se había jugado el último clásico de la temporada entre Huracán y San Lorenzo. Aquel 24 de junio, el equipo de Parque de los Patricios obtuvo un triunfo memorable, más allá del exiguo 1-0. Una victoria les habría garantizado a los azulgranas permanecer en la máxima categoría.
En 1982, San Lorenzo jugó en la B; y Huracán cumplió 68 años ininterrumpidos en la máxima categoría. En esas campañas paralelas hubo algunos detalles interesantes. El 22 de agosto, en el Ducó, Huracán derrotó 2-0 a Newell's y quedó como líder, con apenas un gol recibido en siete fechas (0-1 en La Plata, ante Estudiantes, luego campeón). En la segunda división, mientras tanto, San Lorenzo derrotaba 3-0 a Argentino de Quilmes (hoy milita en la Primera D, la quinta categoría) y 1-0 a Estudiantes de Buenos Aires. Así, el equipo que dirigía José Yudica era líder, aunque ya había sufrido cinco derrotas: con Deportivo Morón (0-1, por sanción de la AFA), con Colón (0-2, en Santa Fe), con Banfield (0-2, en el Sur), con Gimnasia (0-2, en La Plata) y con Almirante Brown (0-2, de local).
A la semana siguiente, el puntero de la B cayó 1-0 ante Lanús (que venía de jugar en la Primera C el año anterior). Mientras que Huracán igualó 1-1 ante Argentinos, como visitante, y mantenía firmes sus pretensiones de pelear el título, nueve años después de su última conquista.
A consecuencia de que San Lorenzo estaba en la B, no se disputó ese año el paradigma del clásico barrial. Sin embargo, Huracán enfrentó al resto de los grandes. Y de los ocho encuentros que jugó no perdió ninguno. Frente a Boca, el superclásico rival de la década del 20, igualó en las dos ocasiones (0-0 en la Bombonera y 3-3 en el Ducó); contra Independiente, subcampeón de ese Metropolitano, ganó uno (1-0, en la primera fecha) y empató el otro (1-1, en Avellaneda); ante River igualó en Parque de los Patricios (0-0) y se impuso en el Monumental (2-1); y con Racing no recibió goles (0-0, en Avellaneda; y 1-0, en el Ducó). San Lorenzo, sin querer, había abandonado el clásico.