Fecha 37: Huracán 0-Defensa y Justicia 1, en el Palacio Ducó. Se rozó el papelón y hubo razones. Las explica de modo impecable el siguiente artículo:
Por Ricardo Sapia*
Que los hinchas hayan tenido un jueves de emoción e ilusión con la asunción anticipada de Mohamed es justo y pudo relajarles la tensión de otro año perdido cuando se acercaban al estadio. Que el propio Turco ayer haya estado en el Ducó, habano en mano, para acompañar con la presencia sus palabras y dichos de unión, de retorno inmediato y de compromiso es lo que se soñaba de un hombre de la casa. Pero que los jugadores, los que se ponen la camiseta, los que decidieron no concentrarse desde hace tres fechas porque se les debe un sueldo, premios de la Copa Argentina (si hubieran acertado los penales con los mendocinos al menos la deuda tendría el sabor deportivo de seguir en la lucha por una corona que a las vitrinas y a la institución le darían ese prestigio tan manchado) y el arreglo de lo que les rompieron los que dicen ser hinchas, no se esmeraran un poquito por sumar más puntos a una campaña que no le sobra nada, no se admite. ¿Pensaron que ya había terminado el torneo? ¿Optaron por no esforzarse por intuir, algunos, que ya no seguirán? Ninguna razón es valorable. Lucieron desparramados, chocando contra el rival y lanzando pelotazos descerebrados.
De una vez por todas, ansiemos que baje la premisa desde el Turco, motivador de esta esperanza, y también desde la dirigencia de jugársela siempre a ganador. Quienes no quieran ser parte que le dejen el lugar a otro. Quienes vengan a embarcarse en el objetivo de la vuelta que estén en la línea positiva del líder del proyecto.
Huracán no es un ave de paso en sus carreras.
*Periodista. Texto publicado en el diario Olé.
El mejor: Vacante.
Así estamos:
En la tabla
En los promedios
En el fixture