martes, noviembre 03, 2015

El Huracán bipolar


La pregunta sucede en la sede de la avenida Caseros y en el fútbol argentino: ¿qué le pasa a Huracán? Es un equipo capaz de caminar entre infiernos y paraísos. Siempre al límite entre la gloria y el desencanto; entre la consagración y el descenso. Sin escalas. Y no es una cuestión circunstancial de estos días en los que se prepara para enfrentar mañana a River, por la semifinal de la Copa Sudamericana, y sufre porque le falta un punto para garantizar su permanencia en Primera. Se trata de un rasgo del equipo, de estos Caballeros de la Angustia. Parece que se sintiera cómodo en la cornisa.

El primer día de noviembre del año pasado -en su cumpleaños número 106-, perdió por 3-0 frente a Sportivo Belgrano. Un papelón en pleno Palacio Ducó. De ese modo, el equipo que entonces conducía Frank Kudelka quedaba último en un campeonato que ofrecía diez ascensos. Un mes después, ya con Néstor Apuzzo, cambió todo el escenario: volvió a la A tras siete victorias en ocho partidos y ganó la Copa Argentina, ante Central. Hay más: ya en abril, cuatro días después de jugar pésimo, perder por goleada contra Mineros de Venezuela, le ganó la Supercopa a River (1-0, en San Juan). Del dolor de la eliminación de la Libertadores al segundo título en cinco meses, a la Estrella Trece. De las quejas a los aplausos. Aquella vez, los mismos jugadores que eran criticados e insultados fueron recibidos como superhéroes en el momento de la celebración en Parque de los Patricios.

En este segundo semestre, su recorrido parece un electrocardiograma: cayó por 3-0 con Chicago y se quedó sin técnico; le ganó a San Lorenzo y le complicó el campeonato; sufre con el promedio y está invicto en la Sudamericana. Otro detalle sintomático: en el torneo local, ganó seis partidos de 29; en las competiciones internacionales perdió uno de 14.

Este plantel tiene una virtud que lo entusiasma de cara a lo que tiene en su cita inmediata: de las once series o finales o desempates que disputó entre 2014 y 2015 quedó eliminado sólo una vez (en la actual Copa Argentina ante Independiente Rivadavia) y perdió sólo un encuentro de 17.

Hay otra explicación para su magra cosecha de puntos en el torneo. Y tiene que ver con un riesgo asumido en el primer semestre: Apuzzo jugó con suplentes en seis partidos. Apenas sumó un punto de 18 posibles. “Aquello fue un error que no supimos ver. Y hoy lo estamos pagando”, sostienen desde la conducción del club. De todos modos, el plantel y el cuerpo técnico son optimistas respecto de la obtención de ese punto imprescindible para seguir en la A. Mientras tanto, el sueño de la Sudamericana sigue su vuelo...

Texto publicado por el fundador del Blog en Clarín.