jueves, marzo 22, 2018

La espera de René

René Houseman, en acción ante Boca. Eran otros tiempos.

El hombre mira con la única cara posible: la de la decepción. Llegó hace un rato a ese palco del Diego Maradona para seguir al club en el que se convirtió en crack universal, del que se hizo hincha y referente de todos los tiempos. Le duele este presente de Huracán. Le parece una mentira comparada con aquella vuelta olímpica de 1973, abrazado con los emblemas de los años 20, que aún vivían y ya no están. Pero ahí anda René Houseman, sentado, atento. Como si aguardara un milagro...
O algo así: espera que un día, alguna vez, quizá este domingo, Huracán finalmente le gane a Boca como en sus días felices, como cuando el Globo de Jorge Newbery en el pecho era un motivo de orgullo, una señal de protagonismo. Conoce la racha: Hu racán no triunfa ante su archirrival de la Asociación Amateur desde 1994 y en el historial reciente apenas rescató tres puntos en los últimos 18 partidos anteriores al que está sucediendo bajo el cielo de La Paternal.
En las tribunas, está a la venta un libro que cuenta su historia. Se titula: "René Orlando Houseman. Corazón Villero". Su historia es la del paradigma del wing derecho, la del potrero volcado al campo de juego, la de la reivindicación de lo lúdico.
En el campo de juego, también como un testimonio de este tiempo, Carlos Casartelli intenta sin éxito una vez más; la pelota le rebota; no puede gambetear; choca contra los defensores; pierde; sale reemplazado antes del final del primer tiempo. Usa la camiseta con el número siete en la espalda, la del Loco, la de René, la del Hueso, la de ese hombre que seguirá esperando el milagro de un triunfo ante Boca. Ese hombre advierte que ya no sucederá en esta tarde sobre el césped del Cajón de Boyacá. Luce la previsible amargura de otra derrota. Sabe que no son días felices.

Texto publicado por el autor del Blog, en Clarín.