
"Gimnasia de Jujuy y Huracán tienen una similitud: son dos equipos en uno. Sufren el síndrome de la añoranza de su localía: cuando juegan fuera de su cancha padecen y, por lo general, pierden. Ayer, la peor de las caras le tocó al equipo de Osvaldo Ardiles: tras vencer 1-0 en el Ducó a Banfield, cayó en La Tacita de Plata con el mismo Lobo que no había podido arañar puntos en su visita a Avellaneda (0-3 contra el líder Independiente). Y así, con este 2-0 de local, Gimnasia consiguió salir de la Promoción y hacia allí lo empujó a Huracán".
Más adelante, el texto continúa con otra verdad de esta flojísima actuación de Huracán:
"Y estos síntomas numéricos no son casualidad. Resultan la consecuencia de un juego que oscila de acuerdo con el escenario. Lo de ayer fue otro ejemplo al respecto: Gimnasia quiso desde el comienzo, jugó como si fuera el patrón de su estancia; Huracán pareció inhibido, atado, frágil".
Y se pueden aportar algunos números al respecto:
1) Desde que Osvaldo Ardiles es el entrenador, Huracán perdió todos sus partidos como visitante.
2) Sólo 4 de los 16 puntos de Huracán en el Apertura los sumó fuera de Parque de los Patricios.
No sólo eso: al menos hasta principios de 2008, Huracán no volverá a jugar en el Ducó. Y eso es, cuanto menos, un indicio preocupante.
El mejor: Marcelo Barovero.
El peor: Paolo Goltz.
Más:
Un punto a Coyette, en Patria Quemera.
Peligro de Goltz, en Olé.
Así estamos:
En el Apertura
En los promedios
El fixture